Ante las elecciones del Frente

SURda

 

 

 

 

Julio A. Louis

 

Faltan días para las elecciones del Frente Amplio. Ante ellas formulamos algunas apreciaciones. La primera es señalar la discrepancia con las elecciones a padrón abierto con adhesión simultánea. La cuestión no radica en defender o negar la democracia interna, sino en interpretar cómo se relaciona la fuerza política con el pueblo, en determinar quién dirige a la fuerza política. Los que orientan tanto un partido político, un club de fútbol, una iglesia, un grupo musical o cualquier institución, son los que los sostienen, trabajan, estudian, le dedican la vida (como en el F. A.) y no quienes apoyan circunstancialmente Más aún en una fuerza nacida anti-sistémica, contra-hegemónica contra la ideología del bloque dominante. A la condición de militante todos pueden llegar requiriendo para ello la posesión de una actitud tenaz y solidaria para defender las causas populares. No deben decidir los que se limitan a votar, aportar si acaso una contribución simbólica y desaparecer hasta la próxima elección. La tarea de los militantes es –entre otras- debatir y profundizar acerca de los caminos a emprender. Si se equivocan y sus decisiones no obtienen la aprobación de las mayorías para implementar proyectos de transformación, tendrán que valorar los motivos. Será estudiando y corrigiendo siempre que sea necesario, al tiempo de mantener las puertas de la organización abiertas para quienes se incorporen a enriquecer su teoría y práctica.

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Recientemente el Intendente De los Santos ha hecho declaraciones polémicas. Compartimos que la sociedad no “va a girar hacia la izquierda porque nos paremos arriba de un escenario a gritar cuatro consignas ” ( “ladiaria” 25/4); o que “la discusión no debería centrarse sólo en la presidencia, sino que es necesario pasar a un terreno político y programático.” Luego valora que hay dos posiciones, una que desea “volcar el programa hacia lo que sería ir más hacia la izquierda” y otra (a la que adhiere) que considera que este programa (subrayado que me pertenece) sirve para mantenernos unidos”. Pero, ¿cuál es “este programa”? El aprobado por el Congreso Zelmar Michelini (diciembre de 2008) fue catalogado de “post-socialdemócrata” por Mujica, mereciendo en temas básicos la oposición del Frente Líber Seregni. Pretende del Estado un rol protagónico y regulador; propone regresar a un sistema estatal único de seguridad social y rechaza la privatización parcial actual; condena la extranjerización de la economía, de la tierra en particular, y las inversiones indiscriminadas que abren ampliamente las puertas al capital extranjero; promueve un sistema impositivo que grave al capital y no al trabajo y condena que la distribución de la riqueza aumente la desigualdad; apoya la despenalización del aborto; resuelve convocar a la Asamblea General Constituyente, que entre otros temas, otorgue el voto a los uruguayos residentes del exterior. Ese programa dista mucho de estarse cumpliendo. Si se cumpliera sería un giro a la izquierda, un paso de transición al socialismo y no sería –como reclama el Intendente De los Santos- “en el marco de un modelo de desarrollo capitalista”.

 

Es conveniente que el 27 de mayo se fortalezcan las fuerzas que defienden el programa “post-socialdemócrata”, las que no teman marcar el rumbo hacia una transición al socialismo. Es necesario que el Frente sea mucho más que presencia en las instituciones del Estado, y que lo sea en el movimiento obrero-popular. Vale la reafirmación de nociones olvidadas en el Frente: lucha de clases, bloques de clases en pugna, combate al imperialismo y al capitalismo. Quien mejor exprese esas necesidades, por sus declaraciones y más que nada por su trayectoria, debiera ser el presidente del Frente.